Pascual Hurtado Reig

Nací hace 87 años en la ciudad de Valencia, Es-paña. Mis padres eran humildes, él contable y ella costu-rera, de pocos recursos económicos pero suficientes. Mi padre muy trabajador y mi madre muy cariñosa.

Mi padre se llamaba Pascual, como su abuelo y su bisabuelo. Para seguir la tradición de la familia me pusieron el mismo nombre, pero disminuido a Pascualin, Calín y más tarde Calo. Así me llaman hoy mis mejores amigos y mi esposa Maribel.

Tuve una hermana que había nacido 5 años antes que yo. Siguiendo también la tradición familiar de mi ma-dre, su familia se había acogido a la protección de la Vir-gen de los Desamparados, patrona de Valencia. De esa manera mi abuela se llamaba Amparo, mi madre Ampari-to y mi hermana Amparín.

Siempre me quiso y me protegió como a su her-mano pequeño. Su marido y ella estuvieron muy unidos a nosotros. Mi hermana, ya viuda, enfermó de cáncer y Maribel y yo la estuvimos cuidando los tres últimos me-ses de su vida. Murió en diciembre de 1999, a la edad de 69 años.

En esa familia humilde di los primeros pasos y aprendí las primeras lecciones de la vida con el ejemplo de mis padres. Fui bautizado y educado en la fe católica, primero en casa, después en un colegio mixto de monjas y a los 9 años en un colegio católico para chicos, llamado Hermanos Maristas. Allí hice el bachiller hasta los 17 años.

Fui dotado por Dios con suficiente inteligencia pa-ra que mis padres me pudiesen llevar a ese colegio de pago porque tuve beca por los H.H. Maristas todo el Ba-chiller. En caso contrario me hubiesen llevado a la es-cuela pública. Los Hermanos Maristas ofrecían una me-jor educación en general y en la fe católica.

Durante ese tiempo tuve el privilegio de ser aseso-rado espiritualmente por el Rector del Colegio “El Pa-triarca”, institución valenciana dedicada a la ampliación de formación de sacerdotes recién salidos del Seminario. Mi asesor, el Rector, llamado Eladio España Navarro es hoy Beato de la Iglesia Católica, estando en Roma su proceso de Santificación.